domingo, 10 de noviembre de 2013

Sheyla en Pasión por la novela romántica

Leerla en el sitio


Quiero agradecer a Claudia el regalo que me hizo, porque fue ella quien me regaló Días de lluvia sorprendiéndome muchísimo. Muchas gracias!!!!!!!


Comenzaré la reseña comentando la portada. La portada es sencilla pero preciosa, mostrándonos a Maddi, la protagonista femenina mirando el mar, porque el mar sin duda tiene un papel fundamental en la novela. 

La edición es muy cuidada, preciosa, con tapas duras y los márgenes interiores son perfectos, pues no hace falta abrir mucho la novela para poder leerla, y lo mejor una vez leído parece que la novela está intacta, como nueva. 

Sé que soy un poco pesada con la edición, el color de las páginas...pero es que le doy mucho valor a que no te canses mientras leas la novela (el color blanco del papel cansa mucho, y además lo mejor es papel reciclado!!!!!!) o que una vez leída parezca que ha pasado años por la novela. 

Y ahora bien... ¿Qué os podéis encontrar en Días de lluvia?

Cuando comencé a leerla me sorprendió la fluidez de la historia, pues el ritmo pausado es el que necesita el protagonista para poder encontrarse a sí mismo antes de enfrentarse a un futuro incierto y de paso a la posibilidad o no de volver a ser feliz. 

Kaiet es un hombre íntegro, que se ha labrado su vida con esfuerzo, entrega y al que la vida le dará un duro golpe: perder a su amada esposa. El amor que profesa Kaiet a su esposa es de admirar, te acabas enamorando de él por la entrega que tiene al recuerdo de su mujer, por el esfuerzo sobrehumano para hacer feliz a su hijo, y al mismo tiempo sientes compasión al ver su sentimiento de culpa, porque cuando un suceso traumático te golpea siempre acaban aflorando los sentimientos de culpa, de lo que pudo ser, de lo que pudiste decir, o de lo que pudiste hacer. 

Su llegada a Bermeo no será fácil, pero hará lo que pueda y más por su hijo. Poco a poco, pero con un ritmo que te atrapa, que consigue que te enganches de tal manera que querrás seguirle en su andadura sin  hacer pausas hasta leer la última página, veremos cómo se enfrenta a su pasado, que se entremezclará con su presente y su futuro.

Sin duda Ángeles consiguió mostrarnos el día a día, lo cotidiano de una manera magistral, que cada personaje tuviese voz dentro de la historia, relatándonos sus miedos, sus problemas, sus deseos. 

Maddi es una mujer dulce, paciente, con una energía positiva contagiosa, que se reencontrará con Kaiet, su amor de juventud. A través de los ojos de Maddi veremos como con paciencia, con entrega, con mucho amor el futuro es posible si tienes el valor de enfrentarte a él, porque como la vida misma, cada paso que se da conlleva esfuerzo, podrás caer pero deberás levantarte si deseas continuar.

Como podéis observar, cuando terminé de leer Días de lluvia, me hizo reflexionar, acerca de lo que perdemos, de lo que podemos conseguir, de las sorpresas que nos puede deparar el futuro, de la alegría ante un logro, del dolor ante una pérdida o un fracaso. Ángeles siempre consigue que cuando termine de leer una de sus novelas, acabe haciendo una reflexión, y con esta novela mi conclusión final es:


No hay peores enemigos que el orgullo y el miedo.


En Días de lluvia veremos la evolución de Kaiet, el encuentro de su hijo Iker con su abuelo Gabino, el reencuentro con viejos amigos, su lucha interior por dejar atrás el dolor de la pérdida, los celos, las ganas de avanzar,....

Son muchas sensaciones las que consigue transmitirte la novela, habrá momentos en que querrás entrar en la historia y decirle cuatro palabras bien dichas a Kaiet, en otros no podrás evitar mostrar una sonrisa, poco a poco irás conociendo el pasado de los personajes, cómo se enfrentan a su presente, y verás como luchan por ser felices, porque ante todo, verás como ríen, como se enfadan, como se reprochan las cosas a la cara, como guardan rencor dentro de sí mismos... es decir: como la vida misma.

Mucha gente al leer mi reseña opinará que la novela no parece muy romántica, pero es que dentro del género romántico la ubicaría en Sentimental, pues ante todo, la manera de escribir de Ángeles te hará sentir, verás Bermeo a través de los ojos de los protagonistas como si estuvieses en las calles del pueblo, verás su evolución con un ritmo pausado pero necesario, pues el luto no se arranca de un día para otro.

Ante todo, nos transmite una historia REAL.

Os la recomiendo, porque es una lectura que te atrapará con su dulzura, con la integridad de Kaiet, por la carga emotiva de los reencuentros de familiares que no se veían desde hacía tiempo, de amigos que se reencuentran pasados años y para ellos será como si hubiesen sido sólo días. 

No la voy a puntuar, porque no suelo hacerlo con ninguna de las novelas que leo, o me gustan o no, como siempre puedo encontrar detalles que no, como alguna escena, algún personaje que para mi gusto no está bien definido, o que hubo pequeñas faltas, etc... Pero no me parece justo puntuar una novela del 1 al 10, porque me recuerda a mi época del colegio en el que el saber se medía por un instante, por un examen, y la suerte.

En resumen, ¿qué me pareció la novela?

Fue toda una sorpresa. Como siempre, consiguió sorprenderme porque para nada se parece a sus anteriores novelas. 

Puede que os podáis encontrar con que el ritmo de narración es más pausado, pero para mi gusto es el necesario pues el duelo de la pérdida de su mujer no podía quitárselo de un día para otro, era necesario que Kaiet aceptara el dolor, la pérdida, se habituara a que su mujer ya no iba a estar en sus vidas, ni en la de él ni en la de su hijo Iker, que luchará contra los fantasmas del pasado que se agolpan frente a su puerta y dentro de la casa de su padre.

En esta novela el amor se desarrolla lentamente, mostrándonos cada paso que dan hacia delante y los pasos que dan hacia atrás por culpa de los recuerdos, de los remordimientos, y de la culpa. 



Y para rematar esta reseña tan extraña..... Un fragmento:


" Sintió que los adoquines con los que estaba trazada la calle se hundían bajo sus pies y que no existía nada a su alrededor a lo que pudiera aferrarse. Se quedó inmóvil, no supo durante cuánto tiempo, mirando el cristal iluminado sin atreverse siquiera a preguntarse si ellos dos estaban de nuevo juntos."

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